PERDÓNAME MAMÁ
Aprendí a vivir
durante muchos años totalmente equivocado,
Mientras tú me
enseñabas a luchar contra viento y marea
Yo vivía convencido
que tu dureza,
era tu resentimiento
humano vuestro mal expresado
me auto engañé al
calificar tus estilos de crianza,
en un resentimiento a
mi existencia.
Me equivoqué al creer
que tu estilo frio de amar,
era una viva expresión
de odio en marcha al alta mar,
sin comprender que
tus sacrificios y obsesión al trabajo
era vuestro estilo
aprendido de amar
Conforme fui
creciendo y racionalizando,
De mis experiencias a
tu lado erradamente interpretadas,
De mis vacíos, de mi
inmaduro carácter, de mis mal llamada desgracias,
De mi dolor, de mi
frialdad, de mis secas lágrimas te fui culpando.
Sin asumir, que era
yo quien se estaba auto-engañando,
Para evadir la
responsabilidad de amarte y mostrarte el cómo amarnos.
Fueron pasando los
años y junto a él, se fue formando mi soberbia.
Aquel que cegó a mí
ser y bloqueó mi voluntad de amarte,
Desplace mi necesidad
de amarte en mis “conductas humanistas” con mi entorno.
Llegué a convencerme
y engañar a mis observadores que me forme solo,
Que, tu distanciamiento,
tu frialdad, tus enérgicas formas de corregir,
Tu empeño en trabajar
y proveer el sustento de nuestro hogar
Era una muestra de un
mensaje oculto de un “jamás te he de amar”.
Evitando reconocer
que eras una madre desesperada,
En moldearme un ser
correcto y de conducta admirable.
Mi entorno me mal
calificó como un ser formalmente maduro,
El cuál yo quise
asumir como “verdad”.
Me porté mal contigo,
al no entenderte y honrarte
Me porte mal contigo,
al juzgarte en lugar de ser tu fuerza
Me porte mal contigo,
a no valorar cada sacrificio tuyo
Me porte mal contigo,
al no regalarte ese amor que desplace a mi entorno.
Amor que tanto
esperaste, de éste, tu hijo altamente soberbio e inmaduro,
Y que en mi
mezquindad no supe expresarte.
Hoy se cumple la
segunda celebración del día de la madre,
Y estoy aquí
reflexionando, lamentando mi miserable conducta cobarde.
Una simple fecha, que
removió completamente mi ser,
Hoy, me juzgo y
reprocho por la dura vida que te regalé,
Hoy me arrepiento,
maldigo mi soberbia y esta cobarde conducta de culparte de todo.
Hoy de forma tardía,
me doy cuenta que mi dolor y vació
Sólo fue
responsabilidad mía,
Que tuve mil oportunidades
de pedirte perdón y amarte sin medidas
Y me negué a creer
que por mí, tú siempre darías tu vida.
Testigo es mi ser, es
el Dios que nos tenemos,
Que mi
arrepentimiento es verdadero.
Pero, de que me sirve
si ya no estas para verlo y sentirlo,
Mis logros, las misas
que te ofrezca y lo mucho que quiera honrarte
son nada,
para ofrendarlo por
un perdón tuyo y poder estar a tu medida.
No te imaginas cuanto
anhelo que estuvieras aquí,
Para inclinarme a tus
pies.
Para pedirte perdón y
amarte sin límites,
Pero mi soberbia, mi
narcisismo, mi yo,
Rechazó cada
oportunidad que me regalaste.
Mírame, para cuando
me entero.
Que tu dureza, fue
una forma de enseñarme a ser fuerte y perseverante,
Que tus correcciones
enérgicas, era la única forma desesperada,
De decirme quiero que
seas correcto y me duele pensar que te pierdas.
Que tus enojos, era
tu más sólido miedo de verme sufrir,
Que tus lágrimas, era
una verdadera expresión
De no saber cómo
ayudarme.
Que irte lejos a
trabajar y todo lo que hacías,
Era tu única forma de
expresar un te amo hijo y ámame como soy.
Perdóname madre,
Perdóname, por no
aprovechar tu última mirada y arrojarme a tus brazos,
Perdóname, por no querer
ver tu despedida aquel día.
Perdóname por no ser
tu consuelo y paz,
Perdóname por no
tener la sensibilidad de entender tu amor,
Perdóname por no
hacerte vivenciar mi amor y admiración que te tenía.
Madre guerrera,
Gurreonero real.
Perdóname, regálame
tu misericordia
Para que sea un digno
hijo de tu esencia y verdad.
Acompáñame en mi
caminar
Y muéstrame el camino
de la humildad.
Atte: REPIBUGU
09/05/2021 11:00 P.M
– 02:10 A.M.